Desde 1993, cada 22 de marzo se celebra el “Día Mundial del Agua” con el objetivo de crear conciencia y promover acciones para abordar la crisis global del agua y el saneamiento, ya que 2.000 millones de personas viven sin acceso a agua potable.
Esta fecha representa una oportunidad para unir esfuerzos en favor del agua y acelerar los avances en este ámbito. Los desafíos a lo largo del ciclo del agua afectan el progreso en diversas áreas cruciales a nivel mundial, desde la salud hasta la igualdad de género, abarcando temas como la educación, la industria, los desastres naturales y la ausencia de paz.
En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la Agenda 2030. Sin embargo, millones de personas, así como numerosas instituciones, se ven privadas de sus derechos humanos al agua y saneamiento.
Los datos más recientes revelan que los gobiernos deben acelerar su trabajo cuatro veces más rápido para cumplir con el sexto punto de los ODS. Esta situación no puede resolverse únicamente con la acción de un actor o grupo específico.
El agua es una cuestión que afecta a todas las personas, y se requieren medidas urgentes. Actualmente, 1.4 millones de personas mueren anualmente y 74 millones ven acortada su vida debido a enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene deficiente.
Una de cada cuatro personas en el mundo (2.000 millones) carece de acceso a agua potable segura, y casi la mitad de la población mundial (3.600 millones) no dispone de un saneamiento seguro. A nivel global, el 44% de las aguas residuales domésticas no se tratan adecuadamente, y se prevé que la demanda mundial de agua aumente en un 55% para el año 2050.
En Argentina, el 22% de los 46 millones de habitantes no tiene acceso a la red pública de agua. Las provincias con mayor escasez de agua de red son Santiago del Estero, Formosa, Tierra del Fuego, Salta y Chaco. Sin embargo, hay buenas noticias: Argentina muestra un “estrés hídrico de bajo a medio”, lo que significa que tiene suficiente agua para satisfacer la demanda.
Es crucial impulsar planes de infraestructura para expandir de manera sostenida el acceso al vital recurso en más localidades argentinas.