Con una importante convocatoria y un espíritu participativo, el encuentro “Ingeniería en Primera Persona: Experiencias que Construyen Futuro” reunió a profesionales jóvenes que demostraron cómo la técnica, la sensibilidad territorial y la vocación pueden conjugarse en proyectos diversos que impactan en el desarrollo del país.
El pasado 28 de julio a las 19:30 horas se llevó a cabo el encuentro “Ingeniería en Primera Persona: Experiencias que Construyen Futuro”, organizado por nuestro Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) a través de su Comisión de Jóvenes Profesionales, con el acompañamiento de la Asociación Nacional de Estudiantes de Ingeniería Civil (ANEIC, Buenos Aires).
La actividad, pensada como un espacio de intercambio directo y constructivo, tuvo como objetivo brindar visibilidad a experiencias concretas de jóvenes ingenieros civiles que, desde distintas áreas de especialización, aportan soluciones innovadoras y responsables al contexto actual.
El Ing. Maximiliano Fischer abrió la jornada compartiendo su camino como consultor independiente en el ámbito de las energías renovables. Desde 2017 trabaja en el diseño e implementación de sistemas energéticos sostenibles con una fuerte impronta federal. A lo largo de su presentación titulada “Ingeniería versus energía”, Fischer puso en debate la necesidad urgente de adaptar las soluciones técnicas a los territorios reales y a las capacidades de cada comunidad. Planteó que la transición energética no puede ser una abstracción ni una imposición homogénea, sino una política técnica pensada para y con las personas. Señaló que la ingeniería del presente tiene la obligación de pensarse desde la sostenibilidad, pero también desde la equidad, y destacó que los verdaderos proyectos transformadores son aquellos que se nutren del entorno, que dialogan con la realidad social y que no se limitan al cálculo, sino que se comprometen con la mejora concreta de la calidad de vida. En ese sentido, afirmó que la tecnología sin contexto se convierte en una solución aparente, y que ser ingeniero hoy implica construir puentes entre el saber técnico y los desafíos sociales.
A continuación, el Ing. Emmanuel Faraone brindó su testimonio desde su rol como jefe de obra y gerente de proyecto en la empresa Constructora Sudamericana, con foco en intervenciones complejas como el desarrollo Quartier del Bajo. Compartió las múltiples dimensiones que atraviesan la ejecución de obras de gran escala en entornos urbanos densamente consolidados. Desde su perspectiva, liderar una demolición y reconstrucción en pleno centro porteño supone no solo pericia técnica sino también sensibilidad organizativa, capacidad de gestión humana y rapidez para la toma de decisiones. Faraone destacó que el valor de la ingeniería también reside en cómo se encaran los vínculos interpersonales en obra, el respeto por el entorno construido y el dominio del lenguaje colectivo del equipo. Afirmó que cada jornada es un acto de anticipación, coordinación y adaptación, y que el plano solo cobra vida cuando se entiende como un punto de partida para una construcción conjunta. Para él, el liderazgo técnico no es suficiente sin una mirada sobre los procesos sociales y humanos que sostienen cada metro cuadrado de obra.
Por su parte, el Ing. Franco Ingrassia abordó su experiencia en proyectos asociados a la Central Nuclear de Atucha, donde se desempeña con un perfil estructuralista. Su exposición se centró en los desafíos de trabajar en contextos de altísima exigencia tecnológica y regulatoria, donde cada cálculo debe sostener no solo estructuras, sino también niveles de seguridad que involucran la salud pública y la soberanía energética. Ingrassia remarcó que la ingeniería nuclear no permite errores ni improvisaciones, y demanda una precisión técnica absoluta, pero también una ética profesional inquebrantable. Subrayó que formar parte de estos desarrollos redefine la relación del profesional con la responsabilidad, el riesgo y la excelencia. También compartió su vocación docente, a partir de la cual afirmó que transmitir el oficio es tan importante como ejercerlo, ya que la formación técnica rigurosa también puede ser un acto de inspiración. Para Ingrassia, enseñar es extender el impacto de la ingeniería más allá de la obra física, y recordar que cada estructura, por compleja que sea, se diseña para servir a la sociedad.
El evento propuso un espacio de diálogo generacional donde se cruzaron trayectorias diversas, valores compartidos y visiones estratégicas. Lejos de reproducir discursos meramente técnicos, los tres profesionales dejaron en claro que la ingeniería civil contemporánea se construye con saber, compromiso, humanidad y propósito. La jornada fue un fiel reflejo de cómo la experiencia joven no solo interpela, sino que redefine el presente y el porvenir de la profesión.
La grabación completa del evento puede verse en el canal oficial de YouTube del CPIC, ingresando aquí.