El pasado 11 de marzo del año 2022, organizada por el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), se llevó a cabo la charla “La prevención del Aedes Aegypti, vector del dengue en las obras en construcción”, dictada por Nicolás Schweigmann, director del grupo de estudio de mosquitos de la UBA. Dada la actualidad de la temática, brindamos algunos detalles de lo explicitado en el evento.
En la charla de capacitación “La prevención del Aedes Aegypti, vector del dengue en las obras en construcción”, dictada el pasado 11 de marzo de 2022 de manera virtual, por Nicolás Schweigmann, director del grupo de estudio de mosquitos de la Universidad de Buenos Aires, se explicitó: “Nuestros cuerpos emiten señales atractivas que orientan a los mosquitos hacia la fuente de sangre necesaria para la producción de huevos. El calor corporal, el dióxido de carbono (CO2) de la respiración, el ácido láctico de la transpiración, constituye uno de los principales atrayentes. Un buen repelente tópico para mosquitos presenta componentes activos capaces de lograr que el insecto se desoriente o inhiba su ingesta sanguínea. La eficacia de los repelentes dependerá de la especie de mosquito, de la fisiología particular del humano o mascota y de la aplicación adecuada del producto en el lugar y momento apropiado. Si logramos que no nos piquen, las hembras buscarán otras fuentes de sangre cercanas, porque de todas maneras necesitarán de sangre para la producción de sus huevos. Como los repelentes no bloquean el ciclo de ovulación (ciclo gonadotrófico), las hembras buscarán a otras presas más atractivas (sin el repelente). Si nos encontramos en un ambiente silvestre (caminando entre pastizales, pescando, etc.) el repelente podrá ser eficaz ya que las hembras desviarán su atención hacia otros animales o personas desprotegidas para extraerles la sangre necesaria. En este caso, nuestra presencia en el lugar es temporaria y el efecto del repelente podría ser efectivo para protegernos. La paradoja (en el sentido de contraria a la opinión común) se produce si todos los habitantes de una manzana se aplicaran repelentes en el lugar donde viven, trabajan o transitan -por tiempos prolongados- en un entorno productor de muchos mosquitos (gran cantidad de criaderos). Las hembras de los mosquitos, que necesitan sangre, tendrán que buscarla de todas maneras, o aumentará la exposición de las personas quienes no se apliquen el producto.
El uso de los repelentes, por ello, no puede ser continuo. Debemos aplicar el sentido común a fin de evitar problemas derivados del exceso de esa práctica (alergias, irritaciones, resistencia, acostumbramiento). Es importante tener en cuenta que es mejor usarlo, exclusivamente, cuando es necesario. Por ejemplo, reflexionar sobre el área donde nos encontramos y la presencia de mosquitos en ese lugar, el permanecer a la intemperie, la presencia de vegetación y humedad, el desarrollar actividad física o encontrarse en reposo. La conclusión de esta reflexión es que los repelentes pueden ser una gran ayuda para situaciones de exposición acotada a la presencia de mosquitos, pero no puede ser tomado como una forma de protección prolongada. El mecanismo de prevención más efectivo, a mediano y largo plazo, radica en el control de las poblaciones de mosquitos, lo cual se logra a partir de imponer un efectivo control de todos los criaderos presentes en las obras”, señaló el especialista.
Es posible acceder a la charla completa sobre esta temática, de gran actualidad, ingresando en: https://www.youtube.com/watch?v=zVSDOLfF2zs