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Trazando el camino hacia la seguridad edilicia

Por el Ing. Civil Roberto Policichio
Presidente honorario del Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC)

Las regulaciones y códigos de construcción se actualizan constantemente para adaptarse a los avances tecnológicos y satisfacer las nuevas demandas, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los edificios.

La evolución en la ciencia y tecnología de la construcción presenta desafíos continuos para los profesionales del sector, quienes deben mantenerse actualizados con las últimas prácticas y regulaciones para garantizar la seguridad tanto de los ocupantes como del público en general.

La preocupación por la seguridad de los edificios se intensificó en Argentina después del trágico evento en la discoteca “República de Cromañón” en 2004, lo que impulsó una conciencia colectiva sobre la importancia de los estándares de seguridad en la construcción. Esta conciencia involucra a diversos actores, incluidos los profesionales, autoridades gubernamentales, servicios de emergencia, empresas de servicios públicos y usuarios.

La seguridad edilicia se ha convertido en un tema central, especialmente al considerar que muchos edificios antiguos ahora se consideran en riesgo debido a los cambios en las prácticas técnicas y las expectativas de habitabilidad. Es necesario actualizar tanto la tecnología como la morfología de las estructuras residenciales para adaptarse a las necesidades contemporáneas.

En Buenos Aires, corroborar la seguridad de los edificios conforma un desafío complejo que requiere una coordinación constante entre múltiples partes interesadas. La conciencia y formación son los primeros pasos esenciales para abordar este problema.

¿Qué define exactamente a un edificio seguro? Aunque los nuevos proyectos se presumen seguros al estar construidos con los conocimientos y tecnologías más avanzados, la experiencia demuestra que muchos edificios más antiguos pueden no cumplir con los estándares actuales debido a la obsolescencia de sus sistemas. Un edificio seguro se equipara con los estándares actuales en términos de tecnología y regulaciones, ofreciendo garantías similares a las de las nuevas construcciones.

A nivel mundial, varios países han desarrollado normativas rigurosas las cuales derivaron en edificaciones seguras y controladas. Ejemplos positivos incluyen a Alemania, España y Estados Unidos, donde la seguridad edilicia ha sido una preocupación constante durante más de dos décadas, con resultados tangibles.

Los beneficios de contar con edificios seguros incluyen un mayor ahorro energético, reducción de la demanda en infraestructura básica, eliminación de materiales de baja calidad, mayor durabilidad de los productos de construcción, mejora en la calidad de vida de los usuarios, entre otros aspectos.

La implementación del concepto de edificio seguro permitirá realizar evaluaciones integrales de las estructuras en términos de arquitectura, resistencia estructural, instalaciones eléctricas, sanitarias, contra incendios, seguridad y medio ambiente, en beneficio de toda la sociedad.

La seguridad de un edificio no se limita únicamente a su construcción inicial. Bajo este enfoque, no se garantiza de manera sistemática la seguridad a lo largo del tiempo, mediante controles y actualizaciones verificadas, capaces de brindar a los residentes la tranquilidad necesaria en su vida diaria en esos espacios convertidos en el escenario de sus rutinas.

Un edificio se considera seguro cuando se compromete a proporcionar parámetros de certeza en todas las actividades cotidianas de sus habitantes, tanto en el interior como en el exterior. Estos hábitats albergan la mayor parte de nuestro tiempo, lo que destaca la importancia de su seguridad en términos de calidad de vida.

La relevancia de este tema, tanto en términos de calidad de vida como de eficacia profesional para la protección y utilidad de los edificios en la ciudad de Buenos Aires, llevó al Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) a actualizar los protocolos presentados en la edición de 2014 del libro “Edificio Seguro”.

Diez años después, se reconoció la necesidad de reformular esos protocolos para adaptarlos a las nuevas normativas y tecnologías que no se encontraban disponibles en ese momento.

Es importante analizar a un edificio seguro en el contexto específico de Buenos Aires, considerando factores como el clima, el suelo, los materiales disponibles y otras características locales que influyen en la seguridad del edificio. Sin embargo, estos protocolos pueden servir como modelo de referencia adaptable a las diversas condiciones geográficas de Argentina.

La reciente publicación del libro “Edificio Seguro” es el resultado de un arduo trabajo colaborativo entre diversas instituciones, organismos, academias y empresas, tanto públicas como privadas, que respondieron a la convocatoria de nuestro Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) llevada a cabo a partir del mes de marzo de 2023.

Este esfuerzo interdisciplinario ha generado un producto concreto que contribuye a mejorar la seguridad edilicia en nuestras comunidades.

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