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PUNTO DE VISTA | “El sector de la construcción es clave para la transición energética”

Cuando se habla de transición energética, se refiere al paso hacia una economía sostenible centrada en la eficiencia y las energías renovables. En ese sentido, a la industria de la construcción se la identifica como uno de los sectores que más consumo energético generan en el mundo. Para dimensionar lo enunciado, el 70% de las emisiones mundiales de carbono son producidas por las ciudades, y en particular, los edificios son los responsables del 30% del consumo energético global y del 28% de las emisiones de CO2 . Esto hace que la transición energética en la industria de la construcción no sea una opción, sino una obligación.

La mencionada industria puede lograr una economía baja en carbono. La reducción de la demanda de energía en las edificaciones es la estrategia más rentable para disminuir el consumo de energía y las emisiones de CO2 . Hoy en día, se cuenta con soluciones y estrategias de eficiencia energética que permiten construir con parámetros de consumo de baja energía o casi nulos, e incluso, devolver suministro a la red o modernizar las construcciones existentes hasta aminorar su consumo entre un 50% y un 90%.

Ningún otro sector brinda la capacidad de garantizar este cambio hacia un modelo sostenible y respetuoso con el ambiente, a través del empleo de materiales y nuevas tecnologías. La rehabilitación energética de viviendas conformará un gran avance para conseguir ese objetivo.

Se deberían adaptar viviendas y edificios para que requieran una energía casi nula, teniendo en cuenta de forma prioritaria, la optimización de la envolvente -techos, muros y pisos- incorporando una aislación térmica eficiente como Lana de Vidrio, Poliestireno Expandido o Poliuretano, y generando energía a través de fuentes de origen renovable.

En Argentina, solo el 1% de las edificaciones residenciales, comerciales y públicas cuentan con algún tipo de aislación térmica. Entonces, vale reafirmar este concepto: La industria de la construcción es clave para la transición energética de nuestro país y ello se puede lograr, principalmente, de dos maneras: A través de una construcción energéticamente eficiente, minimizando el consumo de energía gracias a la prescripción y colocación de precisos materiales aislantes térmicos; y de cara al consumidor, asegurando ahorros en los servicios de gas y electricidad. Por otro lado, participando en la edificación y construcción de proyectos capaces de adoptar energías renovables como la eólica, geotérmica y solar.

El bajo consumo energético conforma un requisito indispensable para el crecimiento de todos los sectores económicos. La construcción puede colaborar, significativamente, para lograr la competitividad del país, creando viviendas más eficientes y facilitando la generación de energía renovable. Se estima que el consumo de energía se duplicará para el año 2050 a causa del desarrollo económico y el crecimiento demográfico. En ese escenario, el desafío radica hoy en acotar el consumo de fuentes de energía contaminantes. Casi la totalidad de los edificios residenciales, comerciales y públicos, existentes en todo el país, han sido construidos antes de la entrada en vigencia de las nuevas normativas, leyes y ordenanzas de acondicionamiento térmico. Ello muestra a las claras que, por ejemplo, la incorporación de una aislación térmica eficiente, en el sector de la construcción, posibilitará un gran impacto en el ahorro de energía, no solo en Buenos Aires, sino en todo el país, cumpliendo en paralelo, con los compromisos de la COP (Conferencia de las Partes) sobre la reducción de emisiones de CO2 y el cambio climático.