El 17 de agosto se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del general José de San Martín, uno de los máximos héroes de la historia argentina y de América, pieza fundamental en la construcción de nuestra identidad nacional. “Seamos libres, lo demás no importa nada” es una de sus frases más recordadas, síntesis de su anhelo y accionar en favor de una nación soberana. El “Padre de la patria” fue una figura indispensable para alcanzar la independencia de Argentina, Chile y Perú. El cruce de la Cordillera de los Andes, del año 1817, la segunda más alta del planeta, es considerado hasta hoy una de las proezas militares más destacadas del mundo.
El “Libertador de América” pasó a la inmortalidad a las 3 de la tarde del 17 de agosto de 1850, en su casa de Boulogne-sur Mer, Francia. Se hallaban a su lado su hija Mercedes, su yerno Mariano Balcarce, sus nietas, el representante de Chile en Francia, don Francisco Javier Rosales y el doctor Jordán, quien lo asistió como médico. El diplomático chileno, al comunicar a su Gobierno la triste noticia, expresó que el “Libertador”: “acabó sus días con la calma del justo en los brazos de su afligida y virtuosa familia”. En 1880, los restos del “Padre de la patria” fueron trasladados desde Francia a Buenos Aires para ser depositados en el mausoleo erigido en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires.
En Argentina se lo reconoce como el “Padre de la patria”. En Perú, se lo honra como libertador de aquel país con los títulos de “Fundador de la Libertad del Perú”, “Fundador de la República” y “Generalísimo de las Armas”. En Chile, su ejército lo ha destacado con el grado de capitán general.
Su ejemplo y dignidad se vuelven imprescindibles para los hombres y mujeres del presente, encargados de conducir los destinos de sus pares. El Consejo Profesional de Ingeniería Civil desea homenajear su memoria con hechos, siguiendo el camino desinteresado y honrado de un hombre ejemplar, digno de imitarse.