Martín Alcalá Rubí, fundador y CEO de BrainLogic AI, comparte en la sección Opinión de Revista CPIC Nº 459 sus perspectivas sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en nuestras actividades cotidianas.
La Inteligencia Artificial (IA) ya forma parte de nuestra vida diaria a través de asistentes virtuales, chatbots, recomendaciones personalizadas, motores de búsqueda y traductores automáticos, entre otros.
No sólo está cambiando nuestras rutinas, sino que también tiene el potencial de revolucionar nuestra forma de trabajar, con un impacto comparable al de la máquina de vapor, la electricidad, la electrónica e Internet, pero a un ritmo aún más acelerado.
En este entorno ha emergido un nuevo actor que está sacudiendo a las grandes tecnológicas: OpenAI, creadora de ChatGPT. Esta compañía, fundada por Sam Altman, un nombre relativamente nuevo en el sector, cuenta con 700 empleados y tiene su sede en el Pioneer Building de San Francisco, donde también opera Neuralink, la empresa de Elon Musk. Según Altman, ChatGPT es el software más complejo jamás creado por la humanidad.
Estamos ante un hito que podría transformar profundamente las estructuras económicas, sociales y tecnológicas a nivel global.
Mientras que las tecnologías del pasado permitieron una adaptación gradual de los puestos de trabajo, estos nuevos desarrollos avanzan tan rápidamente que presentan un significativo desafío en todos los sectores donde se aplican.
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