El reactor multipropósito argentino RA-10, el cual se encuentra en su fase final de ejecución, se convertirá en 2024 en el mayor productor mundial de radioisótopos para estudios médicos y generará haces de neutrones para varias disciplinas, como la paleontología, la ingeniería civil y la aeronáutica.
Argentina presentará oficialmente dentro de un año su último desarrollo nuclear: el reactor multiprósito RA-10, ubicado en Ezeiza, provincia de Buenos Aires, con el cual ayudará a incrementar la esperanza de vida mundial, al constituirse como el mayor productor de radioisótopos (molibdeno 99), elemento clave y en escasez global para los estudios de medicina nuclear, que posibilitan mejores diagnósticos y tratamientos médicos en enfermedades como el cáncer y distintas cardiopatías.
El reactor RA-10 fue construido como parte de un gran complejo de instalaciones y laboratorios destinados a múltiples aplicaciones, como el estudio de restos fósiles, la caracterización de materiales, la realización de ensayos de nuevos combustibles y la investigación basada en técnicas neutrónicas. Para ello, se materializaron junto al reactor el Laboratorio Argentino de Haces de Neutrones (LAHN) y el Laboratorio de Ensayo de Materiales Irradiados (LEMI), a los efectos de alcanzar nuevos elementos combustibles destinados a los reactores experimentales.
“Este reactor será un hito en la ciencia nuclear argentina. Mientras países como Alemania, Bélgica, Países Bajos y Canadá cierran reactores nucleares con fines científicos, nosotros vamos a inaugurar uno que permitirá producir radioisótopos para cubrir las necesidades nacionales, y también internacionales, ya que existen muchos países interesados en comprar este producto escaso a nivel mundial. Es una oportunidad estratégica para convertir al país en el principal productor de este elemento fundamental para la medicina nuclear. Según algunas estimaciones, podría llegar a exportarse molibdeno 99 hasta por 50 millones de dólares anuales”, precisó a la prensa el ingeniero Herman Blaumann, gerente del proyecto RA-10. “También, este reactor y los laboratorios construidos a su alrededor, buscan consolidar las capacidades relacionadas con el desarrollo de combustible nuclear e incorporar al sistema científico-tecnológico, nuevas capacidades basadas en técnicas neutrónicas avanzadas”, agregó Blaumann.
El RA-10 es desarrollado íntegramente en Argentina. La CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) y el INVAP (Investigación Aplicada) trabajan en forma conjunta en la construcción de la nueva instalación. Su funcionamiento permitirá integrar distintas capacidades nacionales en varias áreas específicas de la pequeña y mediana industria. El equipo suma posiciones de radiación internas al núcleo para efectuar ensayos de materiales. En particular, es posible determinar las tensiones internas en componentes mecánicos de gran porte, un tema de especial importancia dentro de la industria metal-mecánica. En este caso, los planos cristalinos son utilizados como extensómetros microscópicos, y las pequeñas variaciones verificadas en las distancias interplanares para las diversas direcciones de un objeto, son utilizados para cuantificar el tensor completo de deformación elástica. La posibilidad de llevar a cabo experimentos de difracción sobre objetos intactos ha despertado un particular interés dentro de la comunidad dedicada al estudio y la conservación del patrimonio cultural y paleontológico. Las técnicas neutrónicas son, actualmente, las herramientas más innovadoras para investigaciones y desarrollos de vanguardia en Ciencias de Materiales, Biología y Bioquímica.
En tanto avanzan, en esta primera etapa, el tomógrafo ASTOR (Advanced System for Tomography and Radiography), con aplicaciones en las industrias nuclear, energética, automotriz y aeronáutica, entre otras; y el proyecto ANDES (Advanced Non-Destructive Evaluation of Stress), destinado al estudio de la calidad y confiabilidad de las soldaduras en piezas complejas de ingeniería civil.
Fuente: INFOBAE.