“Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía”.
Mariano Moreno
El martes 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, declaró la Independencia de nuestro país. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, al grito de “Viva la Patria”. La sesión se extendió hasta altas horas de la noche, prolongando los festejos populares al día siguiente. Este histórico suceso determinó la definitiva ruptura de nuestra dependencia política con la corona española, completando así el proceso revolucionario iniciado el 25 de mayo de 1810.
Debido a los problemas existentes en las Provincias Unidas, el congreso se llevó a cabo en Tucumán. Allí los diputados retomaron las relaciones rompiendo “los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España” para conformar “una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”. Días más tarde de la histórica declaración, agregaron a la misma: “y de toda otra dominación extranjera”, despejando cualquier especulación sobre el posible sometimiento ante el rey de Portugal.
El 10 de julio fue el tiempo de la celebración. La misma dio inicio a las nueve de la mañana con una misa en el templo de San Francisco, donde asistieron los principales referentes de la sociedad tucumana. El 21 de julio, se organizó una fiesta popular, donde hombres, mujeres y niños fueron convocados a un acto en el Campo de Carreras. El sitio revestía una importancia simbólica, porque allí ocurrió la Batalla de Tucumán. La celebración constituyó la primera apropiación del proceso revolucionario por parte de la sociedad, donde Manuel Belgrano y Bernabé Aráoz brindaron sus primeros discursos, valorando el patriotismo de los combatientes y convocando el apoyo popular.
La Independencia permanece asociada a una idea clave de la Modernidad: la emancipación. La misma alude al momento en que una persona es capaz de asumirse como tal ante sí y sus pares. En el marco de las filosofías del Iluminismo, inspiradoras de los movimientos independentistas, la “emancipación” era concebida como la instancia en que una mujer o un hombre adquiría la “mayoría de edad”, no sólo en el ámbito privado, sino en la vida social, política e histórica. La Independencia, entendida como “emancipación”, conforma el deseo social de vivir sin tutela alguna.
En esta especial fecha para las argentinas y los argentinos de bien, el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) hace votos para que nuestra querida patria encuentre el camino de la recuperación y el crecimiento, contando con nuestra disciplina, como siempre, para honrar nuestro pasado, presente y futuro.
¡Viva la Patria!