La revista de arquitectura ARQ, vinculada al Grupo Clarín, ha solicitado la evaluación de nuestro Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), a través de su presidente, Ing. civil Luis Enrique Perri, en relación con el incidente acontecido el pasado jueves 8 de febrero en la obra ubicada en la Avenida Pedro Goyena 551 de la ciudad de Buenos Aires. Reproducimos el texto publicado.
En los años recientes, la ciudad de Buenos Aires ha experimentado significativas transformaciones en función de la cantidad de obras en desarrollo, así como en la envergadura de las dimensiones y en las características técnico-constructivas de las mismas.
Este notable aumento en la actividad constructiva ha convertido a este rubro en uno de los sectores más dinámicos de la economía local. Simultáneamente, debido a la escasez de terrenos libres disponibles, un buen número de los nuevos edificios se erige sobre lotes ocupados parcial o totalmente por inmuebles antiguos.
La creciente actividad en nuestro sector y los cortos plazos que se manejan para entregar la obra terminada ha evidenciado una serie de deficiencias que disminuyen la calidad de la construcción y aumentan notablemente el riesgo de producción de patologías, de colapsos, y de los accidentes que éstos pueden causar.
Generalmente, los colapsos de inmuebles linderos a una construcción ocurren en las fases de demolición, excavación y/o submuración, momentos críticos en cualquier obra. Tal es el caso del proyecto ubicado en la Av. Pedro Goyena 551 que en la etapa de excavación produjo un derrumbe parcial del edificio lindero, con lamentables pérdidas humanas.
Sin emitir juicio sobre las causas del colapso, lo que deberá ser determinado por la Justicia y su cuerpo de peritos, podemos señalar que una combinación fatal de factores contribuyó a la producción de los lamentables sucesos que nos ocupan.
Un elemento esencial para garantizar la seguridad en las etapas de excavación, construcción de fundaciones y tabiques de submuración reside en un conocimiento preciso de las tecnologías constructivas, ya sea de las tradicionales o de las más modernas; y en un control permanente por profesionales capacitados.
Especialmente en construcciones entre medianeras, y en lo relativo al proyecto de excavación y apuntalamiento, es fundamental conocer previamente las estructuras de los edificios linderos, su tipología, cotas de fundación, existencia de sótanos, cargas actuantes, tipo de suelo, instalaciones cercanas a los ejes medianeros, etc.
En obras con subsuelos, el proyecto de apuntalamiento de la excavación y de las propiedades vecinas, es casi más importante que el de la estructura del nuevo edificio. Resulta imperativa la necesidad de contar con una documentación técnica completa de las estructuras de recalce y contención, de una memoria que incluya los procedimientos a utilizar, la secuencia de construcción, el cálculo de las estructuras de contención que pueden ser temporarias o permanentes, que incluya la determinación y consideración de las sobrepresiones provenientes de las fundaciones de los edificios adyacentes, la existencia o no de napa freática. Y por supuesto, para todo esto es necesario contar con un estudio de suelos completo ejecutado por especialistas.
Estos documentos posibilitan un análisis reflexivo anticipado, originado en la fase de proyecto de la obra. Desde el análisis de las posibilidades técnicas del proyecto, los profesionales responsables recopilarán la información necesaria para alimentar el listado antes mencionado.
La disminución de los riesgos se logra cuando los profesionales actuantes, que incluyen al director de obra, al proyectista, al jefe de obra y al calculista estructural, entre otros, ejercen un riguroso control. En paralelo, resultan cruciales la experiencia y capacidad operativa de la empresa constructora. Los expertos implicados deben ser capaces de comprender la complejidad de la situación con la cual lidian y no menospreciar ninguna excavación, sin importar su volumen o envergadura.
Nuestro Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) brindó oportunamente un sustantivo apoyo para la gestión, redacción y documentación de la Ley de anclajes Nº 4.580, tanto ante la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como ante el Poder Ejecutivo de dicha ciudad. Su sanción, el 13 de junio del año 2013, significó un notable avance sobre la problemática.
Además de poder contar con la documentación estructural de las fincas linderas, la mencionada normativa autoriza al profesional actuante a acudir -debidamente acreditado- a realizar una inspección ocular a las construcciones adyacentes, a los fines de obtener la información sobre la situación estructural de las propiedades, facilitando el empleo de aquellos elementos transitorios que mejoren la seguridad, tales como la colocación de pantallas protectoras, puntales, tensores y anclajes de tracción; técnicas que quedan a disposición de los profesionales en cuanto a su selección y aplicación en base a la tipología constructiva a desarrollar.
El libro editado por el CPIC cuyo título es “Anclajes de Tracción: Aspectos Fundamentales de la Ley 4.580” puede consultarse de manera gratuita y sin restricciones por parte de los interesados ingresando en el site https://cpic.org.ar/anclajes-de-traccion-aspectos-fundamentales-de-la-ley-4-580/
En paralelo, nuestro CPIC mantiene reuniones con referentes de destacadas instituciones del quehacer a los fines de redactar sugerencias, propuestas y recomendaciones, conjuntamente con las autoridades de control, que profundicen en las temáticas tendientes a evitar sucesos extremos como el recientemente ocurrido en nuestra ciudad.
El Consejo Profesional de Ingeniería Civil -de jurisdicción nacional y de la CABA- propicia en forma permanente los espacios de capacitación, reunión y debate, donde se tratan diversos temas de especial interés para sus matriculados/as y la sociedad en su conjunto, como los aspectos relativos a la seguridad de las construcciones y de las consecuentes responsabilidades profesionales de los especialistas intervinientes.