Ese fue el título de la presentación que tuvo como protagonista al Arq. Néstor Magariños, quien disertó sobre la temática en la sede del CPIC. El encuentro motivó reflexiones y una serie de consultas por parte de las y los profesionales asistentes, tanto de manera presencial como virtual.
El pasado jueves 29 de febrero, en el auditorio Ing. civil Jorge Sciammarella de nuestro Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), se llevó a cabo la presentación “Comentarios sobre posibles cambios en el Código Urbanístico”.
En su alocución, el Arq. Néstor Magariños, comenzó agradeciendo la participación del Arq. Agustín García Puga, experto en codificación y reglamentaciones urbanas y constructivas, para formalizar la presentación a modo de informe sobre los posibles cambios aplicables al Código Urbanístico (CUR)
En cuanto a las condiciones de contexto al tema, el Arq. Magariños afirmó: “Las asociaciones vecinales de la ciudad de Buenos Aires se reunieron para expresar su preocupación manifestando que en algunos barrios parece excesiva la altura otorgada en la última modificación del Código Urbanístico, considerando que se daña el perfil morfológico del barrio y las características de los mismos. Esta problemática se presentó, en principio, en unos 14 barrios de la CABA, tales como Balvanera, San Cristobal, Almagro, Boedo, Villa Devoto, Villa del Parque, Villa Santa Rita, Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza, Colegiales, Palermo, Villa Ortúzar y Chacarita”, comentó el disertante.
A partir de allí, el Arq. Néstor Magariños focalizó la charla en cinco puntos de tensión. El primer punto de conflicto mencionado fue la altura. Para el especialista, respecto a las construcciones existentes, los vecinos perciben que las alturas propuestas resultaron excesivas para las características de “barrio de casas bajas” con los cuales se sentían identificados.
El segundo punto es el relativo a la ocupación del centro libre de manzana. “Los vecinos manifiestan que la ocupación de la superficie constructiva hasta la Línea Interna de Basamento (LIB) en los USAB 1 y USAB 2 es excesiva, ya que se extiende hasta la tercera parte de la manzana resultando limitada la iluminación y ventilación de acceso al cielo de los linderos”, afirmó el Arq. Magariños.
La “saturación de usos” es el tercer punto de tensión. En la mirada del expositor, “los residentes expresaron su incomodidad ante el aumento de diversos sectores, como, por ejemplo, el incremento reciente de establecimientos gastronómicos en algunas áreas. Estos negocios han creado situaciones adversas, como excesivos ruidos, falta de higiene y conflictos en la convivencia, entre otros problemas”.
El cuarto punto de debate se centra en el “retiro de frente”, dado que los habitantes de las zonas analizadas demandan recuperar el retiro de frente el cual era obligatorio en las zonificaciones de baja densidad del Código de Planeamiento Urbano (CPU), como por ejemplo, RI bI y RI b2.
Finalmente, el punto cinco se focaliza en el “patrimonio urbano”. Para el Arq. Magariños, “los vecinos ven perjudicada la identidad del barrio con algunas construcciones demolidas o próximas a serlo”.
En este contexto, se plantearon en el encuentro una serie de propuestas de carácter general, como un ajuste de alturas de las manzanas internas de los barrios, dejando las alturas mayores para corredores y áreas especiales.
En cuanto al centro libre de manzana, en USAB 1 y USAB 2, se propuso limitar la capacidad constructiva hasta la Línea de Frente Interno (LFI), aproximadamente de un cuarto de manzana, disponiendo troneras al igual que en el resto de las zonificaciones.
Para la regulación de los usos, se planteó eliminar el “zoning”, garantizando la mixtura y pluralidad de usos en la totalidad de la ciudad, fomentando el concepto de “ciudad a 15 minutos”.
Relativo a “recomponer el retiro de frente”, se estimó llevar a cabo un estudio y recomposición de las zonas donde algunos barrios, históricamente, presentan retiros de frente.
El último punto recayó en la creación de un “catálogo definitivo”, donde se trabaja en un proyecto de Ley “para pasar edificios que se encuentran en Catálogo Preventivo a Catálogo Definitivo, ya que de un total de inmuebles dispuestos en Catálogo, solo 5.212 figuran en el Definitivo y casi el 50% aún se presenta en el Preventivo”, afirmó el Arq. Néstor Magariños.