La UNESCO estableció el 17 de mayo como el “Día Mundial del Reciclaje”. Esta fecha ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la estrategia de Reducir, Reutilizar y Reciclar, con el objetivo de cambiar el comportamiento de la sociedad y mejorar el medio ambiente.
Siempre es válido crear conciencia sobre la importancia de manejar los desechos adecuadamente, evitando así contribuir al cambio climático y proteger el entorno natural.
El término “reciclaje” implica el proceso mediante el cual un material o producto utilizado, originalmente destinado al desecho, se somete a un tratamiento para obtener una nueva materia prima o producto. En otras palabras, reintroducir desperdicios en el ciclo de vida nos permite optimizar el uso de los recursos naturales, reducir el impacto ambiental de nuestros hábitos de consumo e idear formas creativas de rediseñar objetos para darles nueva vida.
Las “3R del Reciclaje” se basan en “Reducir”, simplificando el consumo y el uso de productos; “Reutilizar”, volviendo a emplear productos para darles una mayor utilidad; y “Reciclar”, transformando los residuos en nuevos productos.
La denominada “economía circular” promueve un modelo de producción y consumo que incluye compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes tantas veces como sea posible, dotándolos de un valor agregado.
El origen del símbolo de reciclaje está vinculado a Gary Anderson, un estudiante de último año de la Universidad de California del Sur, quien ganó un concurso de diseño organizado por la Container Corporation of America como parte del primer “Día de la Tierra” en 1970. Anderson creó un logo basado en el símbolo de Möbius, en forma de triángulo, donde cada una de sus tres flechas representa uno de los pasos del proceso de reciclaje: recolección de materiales, reciclaje y la compra de productos reciclados, de modo que el sistema continúa una y otra vez.
Celebremos este día, y los que están por venir, reciclando productos en desuso. Será para el bien de nuestro entorno.